Thursday, May 17, 2012
Ruinas verdes
"MONTEALBAN"
para Paulina Lavista
A la entrada, un sombrío ciprés
vigilia imparcial a los turistas
que han venido a admirar el crepúsculo
entre las ruinas heroicas.
El sol enciende leves antorchas
entre los matorrales,
fogatas ilusorias, reflejos
que se prenden como diamantes
a la vegetación abigarrada.
El valle es un gran prisma,
una desolación que resplandece.
Montealbán se hunde
en la concavidad de claroscuros
del ocaso. Las ruinas
introducen su tiempo en nuestro tiempo:
su vuelo prodigioso
es una señal de las edades.
Nosotros regresamos a Oaxaca.
La ciudad templo
se entrega a su fascinación,
a su pasmo de siglos.
Es más segura
la hermosa cantera verde
en la pequeña ciudad criolla
que la vertiginosa arquitectura
de Montealbán iridizado
a las puertas de la noche.
-David Huerta. El jardín de la luz. México: UNAM, 1972. 18-19.
Thursday, May 10, 2012
Wednesday, May 2, 2012
Melancolismos de un hombre medio-avanzado de años
Selections from Árboles: Cuaderno de aforísmos by Marco Antonio Campos
Somos sombras de
tiempo y al pensar en nosotros y los
otros –ayer, hoy
– somos sombras en movimiento.
El espacio es
real pero nosotros estamos hechos de tiempo.
El espacio se
transforma y nosotros somos sombras o
fantasmas en el
espacio. Desaparecemos y el espacio sigue
transformándose.
El pasado es un
montón o amontonamiento de escasas
imágenes que,
interrogadas, apenas explican una vida.
La juventud, en
sus mejores momentos, es como aire
fresco que se
respira y se toca en un bosque después de
la tormenta.
En la madurez
caminamos sobre las sombras de nuestros
grandes sueños.
Cuántas veces al
ver el paso de las aguas del río creí que
en las aguas iba
yo.
El pasado es el
país de las imágenes rotas y las sombras
despedazadas.
El pasado existe
para que los poetas embellezcan sus
miserias.
Una buena parte
de la vida busqué fantasmas en el pasado
para conversar
con ellos, y muy tarde, con tristeza, me di
cuenta de que
esos fantasmas no existían.
Un melancólico
conoce periodos e instantes de felicidad
pero no la
felicidad.
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